miércoles, 19 de noviembre de 2014

III JORNADAS DE LA RED DE PSICOANALISIS Y MEDICINA.

Presentación de la 3ªJornada de la Red  Psicoanálisis y Medicina, en Madrid.

Medicalización de la vida cotidiana.
Viernes 5 de diciembre de 2014 a las 15 horas. Círculo de Bellas Artes.

Es un hecho que las personas suelen confiar en sus médicos, no sólo para curar y aliviar las enfermedades, también confían en ellos para cualquier malestar de la vida.
Les piden recetas y pruebas, pero también les hablan del trabajo, de sus jefes, de sus hijos, de sus nietos, de divorcios, muertes y entierros. Les hablan de sus dificultades más íntimas, de sus esperanzas...Les hablan de amor y de sexo. Pero sobre todo les hablan cuando padecen de tristeza infinita o si sufren por angustia de vivir. Son demandas que confrontan al clínico a un sufrimiento no siempre fácil de escuchar.
¿Por qué la gente le habla al médico de sus problemas? No se trata de una pregunta retórica, la respuesta que dé cada clínico condiciona su manera de ejercer la práctica.
¿El malestar personal responde a una disfunción orgánica y el deber del médico es restablecer un funcionamiento correcto? ¿Las inquietudes reveladas al médico son índice de un error de percepción y el médico señalará la buena manera de discernirlas? ¿Al médico se le supone un saber sobre la vida que no tienen otros profesionales?
¿Y cómo responder entonces? Si el médico considera que es legítimo que se le dirija la manifestación de estas penalidades ¿de qué dispone para atender estas demandas?
El fármaco es una respuesta muy actual y en parte aceptada por los que consultan. 
¿Por qué se responde con un fármaco? Podemos señalar la influencia de la industria farmacéutica, la actitud del médico y el hecho de que los pacientes cuando demandan fármacos piden una cancelación rápida del malestar.
Es una respuesta que se ofrece sin reflexión, la “evidencia científica” es el único y breve argumento y además es una respuesta que elide la reflexión, impide la apertura del espacio de palabra entre el clínico y su paciente.
Es una respuesta que supone que para los problemas de la vida un fármaco puede ser útil. Cuando en realidad hoy en día la medicación ha tomado la modalidad de ser un partenire de por vida en tanto la medicina restringe su campo terapéutico al nivel de las conductas .
Estas y otras cuestiones serán interrogadas en las III Jornadas de la Red de Psicoanálisis y Medicina que se celebrarán en Madrid el 5.12.2014.
Comisión organizadora: Santiago Castellanos (responsable), Elvira Guilaña y Araceli Teixidó.

 Programa III Jornada

MEDICALIZACION DE LA VIDA COTIDIANA

14:30 recepción
15:00h. Apertura de la Jornada Araceli Teixidó (Barcelona)

15:10 h Paradojas de la medicalización

Algunas ideas sobre la medicalización Elisa Giangaspro (Madrid)
Salud en formato flas Ignacio Revuelta (Madrid)
Taller de análisis de la práctica asistencial Rosalina Sicart (Barcelona)
Un cuerpo goza Liana Velado (A Coruña)

Coordina: Elvira Guilañá (Barcelona)

16:15 h Subjetividad y  palabras

Las palabras y las píldoras Lierni Irizar (Donosti)
Psicopatologización y diagnóstico Ignacio García Cabeza (Madrid)
Política de un alta en un centro de salud mental Trinidad Cámara (Málaga)
Palabras que hieren Araceli Fuentes (Madrid)

Coordina: Rosa Calvet (Barcelona)

17:20 h Conclusiones Santiago Castellanos (Madrid)

17:30 h Conferencia: ¿En qué “estamos todos locos”? Eric Laurent (París)










Comisión organizadora
Santiago Castellanos (responsable), Elvira Guilañá, Araceli Teixidó 
Lugar: Círculo de Bellas Artes
Sala de las columnas C/Alcalá, 42 20014 Madrid
Fecha: 5 de diciembre de 2014 de 14:30 a 18:00 h.


Inscripción enviando la solicitud a redpsicoaymed@gmail.com
Colaboración con los gastos: 15 € a pagar in situ
Se entregará certificado de asistencia

La Red Psicoanálisis y Medicina está inscrita en el Instituto del Campo Freudiano


Participan

Rosa Mª Calvet i Romaní Psicoanalista AME de la ELP. Docente de la Sección Clínica de Barcelona (ICF).
Trinidad Cámara  Palop Psicóloga clínica. CSM
Santiago Castellanos Psicoanalista AE  de la Escuela Una (2013-2016). Miembro de la ELP. Médico. Docente del NUCEP (ICF).
Araceli Fuentes Psicoanalista miembro de la ELP. Docente del Nucep (ICF)
Ignacio García Cabeza Psiquiatra del Hospital Gregorio Marañon,
Elisa Giangaspro Corradi Pediatra, especialista en enfermedades Infecciosas. 
Elvira Guilañá  Psicoanalista AME de la ELP. Docente de la Sección Clínica de Barcelona.
Lierni Irizar Trabajadora social. Doctora en filosofía.
Ignacio Revuelta  Médico de Familia. CS Rafael Alberti. Miembro del GdT en Salud Mental de Somamfyc.
Rosalina Sicart Pedagoga. Docente del Máster de acupuntura. Universidad de Barcelona.
Araceli Teixidó Psicoanalista miembro de la ELP. Psicóloga clínica Hospital Sant Jaume de Calella. Coordinadora de la Red Psicoanálisis y Medicina.
Liana Velado psicoanalista miembro de la ELP. Médico de Urgencias Extrahospitalarias. Clínica del Campo Freudiano en La Coruña.

domingo, 2 de noviembre de 2014

"Mi cuerpo ha dicho NO".

“Mi cuerpo ha dicho NO” 1
Por Carolina Tarrida Farré.
S llega al Centro de Salud Mental nfantil y Juvenil en el que trabajo2, derivada por los servicios educativos que asesoran a su escuela. S tiene 14 años, está cursando educación secundaria y presenta un absentismo escolar muy importante desde hace dos meses.
Hasta ahora ha sido "una niña modélica" según su madre, y actualmente presenta mucho malestar físico que le impide acudir al instituto. El efecto del absentismo escolar en los padres de la niña, es una gran impotencia que se traduce en escenas de mucha agresividad verbal y física hacia ella. La han llevado en recurrentes ocasiones a servicios de urgencias hospitalarias donde le han hecho múltiples pruebas sin dar con ninguna causa orgánica que explique su estado. La niña sufre mareos, náuseas, vómitos y dolor abdominal intenso. A pesar del estado de urgencia subjetiva en el que llega, no puede decir mucho. De hecho, durante un largo tramo de entrevistas, sus dichos se reducen a continuos "no se" hasta que puede llegar a una primera conclusión: “es como que no quiero nada, literalmente nada”. Más adelante se podrá constatar cómo esta primera presentación de tintes depresivos apunta tal como indicó en su lectura de la depresión Jacques Lacan, a una cierta dimisión de la chica respecto a su deseo.
Una primera operación por mi parte consiste en separar el motivo de consulta de padres y escuela, del malestar que la chica trae. Es decir, aclaro a la familia y a las instituciones educativas que para mí no se trata de hacer que la niña vuelva al colegio sino de ver de qué trata ese malestar en la niña, y que para ello hará falta un cierto tiempo. Se reduce un poco la presión tanto en el colegio como en casa y se abren las condiciones para que se pueda dar un tiempo de trabajo por la palabra.
Dejar de ser la hija modélica
S irá desplegando su historia y la de su familia, a pesar de la intensidad con la que se siguen presentando sus síntomas físicos que a menudo dificultan su asistencia a las sesiones. Al cabo de un cierto recorrido, en una sesión se puede dar una primera interpretación que dará un vuelco al trabajo: S cuenta que le tienen que hacer una ecografía porque tiene problemas en el útero. Le digo "lo tuyo parece un embarazo… náuseas, vómitos, dolores en la barriga y ahora una ecografía" Sorprendida dice que muchas veces lo ha pensado.
Esta interpretación tendrá importantes efectos para ella. Por un lado ceden los síntomas físicos y por otro lado, se abre la posibilidad de constituir un síntoma que se abra a la cadena asociativa. S puede hablar de su propia implicación subjetiva respecto a eso que, de entrada, estaba dicho sólo en el cuerpo. Su madre tuvo que dejar de estudiar a los 17 años por quedar embarazada de ella, y ella ahora decía un NO a los estudios a los que se había visto empujada por su madre, mediante este "embarazo". Cuenta entonces, como ella a finales del curso anterior, planteó ir a un instituto centrado en la cuestión artística en la que ella tiene implicado su deseo de manera muy decidida, y su madre no se lo permitió porque quiso que estudiara “algo serio” ya que ella no había podido estudiar por el embarazo.
En lugar de responder a esa exigencia materna por la palabra, aparece un síntoma en el cuerpo. Esto la lleva a abrir la cuestión respecto a su dificultad de "hablar" sobre lo que ella quiere, piensa o siente, y dejar de "obedecer y callar". Esta cuestión se encuentra con fuertes resistencias por la pérdida de goce que le supone, al tener que dejar caer la identificación que la ha venido sosteniendo hasta ahora, a saber, “ser la hija modélica”.
El vómito como respuesta
Tras esta primera fase en la que se puede vislumbrar la función de los síntomas de embarazo, aparece la pregunta sobre la función del vómito en el trascurso de su vida. En una sesión trae el recuerdo de un dicho de un pediatra de su país que viene a certificar algo de la existencia de este síntoma ya en la primera infancia: “Esta niña es de vomitar, no hay nada que hacer” le dijo el médico a la madre. Ante las situaciones difíciles de su vida, la mayoría relacionadas con momentos de separación, S siempre respondía vomitando. Ni preguntaba ni protestaba, lloraba en silencio, vomitaba y obedecía. Concluye “ya entonces hablaba mi cuerpo”.
Este síntoma en el cuerpo se puede conectar al lugar que ocupa S en la familia. Este silencio doloroso, encubría toda una serie de preguntas que tenía la niña y que ella no empezó a formular hasta estar en tratamiento bajo transferencia.
Tal como decíamos, S nació de un embarazo temprano de la madre y su primera pareja. El relato materno del día del nacimiento de la niña, gira alrededor de un incidente que determinará la vida de la familia. Su madre tiene grupo sanguíneo RH negativo, y tras dar a luz era necesario inyectarle la vacuna Anti-D a lo largo de las primeras 24 horas para no sufrir consecuencias en la matriz que podrían dificultar otro embarazo posterior. El médico que atendió el parto, le dio esta indicación a la abuela paterna y ésta no lo comunicó a nadie porque se trataba de un gasto económico demasiado elevado. Cuando el médico se interesó por si ya se la habían inyectado, se destapó todo y se produjo en ese mismo momento una ruptura familiar. El padre de S en medio de la discusión familiar, optó por irse de la escena con su propia madre, y quedaron “abandonadas” en la clínica madre e hija. A raíz de este incidente, el segundo embarazo de la madre fruto de su relación actual, cursó con muchas dificultades y nació el hermanito de S con graves problemas orgánicos que finalmente lo llevarán a fallecer mientras la niña está en tratamiento.
Del vómito silencioso a los efectos de hablar
A S siempre le hicieron creer que no había más padre que esta segunda pareja de la madre, y se silenció lo ocurrido en la clínica el día de su nacimiento. También su madre estaba silenciando que hacía años que su padre biológico quería saber de ella, pero la madre se negaba a que se estableciera ese contacto, en su decidida oposición a que “ningún padre” interviniera en la vida de su hija. Apoyándose en que el padre biológico la abandonó y en que su actual pareja no tenía legitimidad biológica lograba quedar ella sola con su hija como objeto de goce. La niña respondía a eso con su “callar y obedecer” pudiendo así sostener a la vez, lo que vivía como un lugar privilegiado para la madre. Todo este equilibrio se rompió cuando la niña dejó de callar y su cuerpo intentó poner distancia entre ese goce materno sin mediación alguna, y su propio deseo.
Los efectos de todo este recorrido no se hicieron esperar. La chica retomó su demanda de dirigir su recorrido académico hacia los estudios artísticos, cambió su círculo de amistades potenciado hasta ahora por la madre por considerarlas “demasiado niñas”, y empezó a ir con jóvenes de mayor edad, con quien ella podía mantener las conversaciones que realmente le interesaban sobre música, política, su posición de compromiso social. A mi modo de ver, toda esta serie de movimientos, le permitió a S ir sosteniendo esta cierta separación del lugar silencioso en el que había permanecido hasta ahora en su familia y pasar a dar lugar a su discurso.
Al mismo tiempo, se abrió un campo hasta ahora también silenciado, el de los chicos. Hasta este momento del tratamiento, la chica siempre había zanjado la pregunta sobre su sexualidad, con un contundente “no me interesa, todos saben que yo de novios… nada!”. A partir de este punto, apareció el interés por un chico de su barrio con el que empezó una cierta relación. Compartían intereses musicales, compromiso con una ideología social y política, se reía con él, y le parecía guapo.
También la madre de S se dirigió a la analista para orientarse, pudiendo así pasar de la respuesta violenta que daba hasta ahora a su hija, a darle las respuestas que la chica iba pidiendo y que en realidad, sólo necesitaban una confirmación. La niña, sola y en silencio ya se había ido construyendo su propia versión familiar para salvar los huecos que desde pequeña sentía que había en su historia. Lo había hecho con la ayuda de una caja de recuerdos que conformaba una colección de fotos, objetos y cartas de sus primeros años en su país, y atando dichos robados de las conversaciones de los adultos. No podía concluir porque le faltaban piezas, pero ella sabía que no podía cerrar su historia por falta de relato. Finalmente, tras una sesión con los padres en la que apunto que si la chica pregunta es porque sabe, sus padres le explican la verdadera historia de su nacimiento. S escucha y tras dirigir un primer “gracias por todo” a su padre, se toma un tiempo para pensar. Deja de venir a sesiones un par de meses, y reaparece para dar cuenta de cómo todo tomó sentido de repente: la separación de su hermano y ella en casas de distintos abuelos al marchar los padres a España, la mirada “de odio” que a veces había notado en su padre que la hizo responsable inconscientemente de los problemas de salud de su hermano, la frialdad con la que la trataban los abuelos paternos (actuales).
Finalmente, me dice que ahora está bien, sale con un chico, estudia, ha tomado contacto con su padre biológico a través de Facebook, y que por el momento quiere continuar sola su camino. Accedo a ello porque considero que esta marcha ya no tiene que ver con un callar en soledad, sino que a partir de haber podido introducir algo de lo simbólico, la chica decide hacerse cargo de la propia vida sabiendo algo más sobre su lugar en la familia, sobre su posición de goce y sobre su deseo.
Conclusiones
Para el psicoanálisis el síntoma sería aquello que viene a perturbar el cuerpo interrogando a cada uno en lo más particular de su subjetividad.
Para tratarlo entonces, hace falta que haya una suposición de saber en ese síntoma. Pero ¿qué pasa cuando nos encontramos en la clínica actual con cuerpos que se presentan como desconectados de la palabra? ¿Cómo hacer aparecer entonces la creencia en un saber inconsciente?
Cuando además se trata de la clínica con adolescentes, esta manera contemporánea de vivir el cuerpo en su no-relación con la palabra aún se hace más patente. Encontramos cuerpos agujereados, tatuados, cuerpos que se cortan, que no comen, que vomitan, que actúan constantemente sin que estos actos puedan coserse a un discurso, al menos de entrada.
Como dice Eric Laurent en su texto “Hablar con el propio síntoma, hablar con el propio cuerpo”3, el síntoma en la clínica contemporánea ya no debe pensarse a partir de la creencia en el Nombre del Padre, sino a partir de la efectividad de la práctica psicoanalítica. “Esa práctica obtiene, mediante su manejo de la verdad, algo que roza lo real. Algo resuena en el cuerpo, a partir de lo simbólico, y hace que el síntoma responda”. Se trata entonces, de operar una maniobra bajo transferencia.
Este caso me permitió ver cómo a través de la interpretación, es decir, de una intervención simbólica dirigida a tocar lo real del cuerpo, un sujeto pasa de presentar su malestar en un cuerpo desconectado completamente de la palabra, a sintomatizar su malestar, es decir, a hacerlo pregunta y poder así ponerlo a hablar.
En su recorrido S parte de la posición depresiva inicial, y tras el efecto de una primera interpretación bajo transferencia, se despliega el trabajo asociativo necesario para poder hacerse cargo de algo del goce mudo enquistado en su posición en la familia y, tomando cierta distancia respecto a ese goce, puede pasar a responder a su deseo.
De entrada la chica no se dirigía a un sujeto supuesto saber, de hecho, eso que ella tantas veces había pensado, permanecía mudo precisamente debido a la falta de un otro que recogiera ese saber. Es en el encuentro con la analista que se dan las condiciones para abrir el trabajo asociativo y ella lo toma a cargo con todas las consecuencias.
Notas:
1.- Trabajo presentado bajo el título “Mon corps a dit NON”, en el VI Colloque de Psychanalyse et Médicine de Clermont Ferrand. Septiembre 2014.
2.- CSMIJ Fundació Nou Barris. Barcelona.
3.- Laurent, E. “Hablar con el propio síntoma, hablar con el propio cuerpo”. Argumento para el VI ENAPOL (Encuentro Americano de Psicoanálisis de Orientación Lacaniana) los días 22 y 23 de Noviembre de 2013.

Carolina Tarrida. Psicóloga-psicoanalista. Miembro ELP Comunidad de Cataluña.

lunes, 20 de octubre de 2014

III JORNADAS RED: MEDICALIZACION DE LA VIDA COTIDIANA.


Recomendamos este programa de la Sexta, con Jordi Evole, sobre la medicalización de la vida cotidiana en España. Clickear el enlace.
5.12.2014. III Jornadas de la Red en Madrid.
https://www.youtube.com/watch?v=TJoULVdTyzM

miércoles, 15 de octubre de 2014

INSCRIPCIONES A LA 3ª JORNADA DE LA RED DE PSICOANALISIS Y MEDICINA.


Inscripción a la 3ª  Jornada de la Red Psicoanálisis y Medicina

Medicalización de la vida cotidiana

Viernes, 5 de diciembre de 2014. Círculo de Bellas Artes. Madrid

Enviar el boletín de suscripción a:

redpsicoaymed@gmail.com


Nombre y Apellidos
E-mail
Teléfono de contacto
Institución en la que trabaja
Profesión



Día 5 de diciembre de 2014.

Lugar: Círculo de Bellas Artes  - Madrid
Horario: 15 a 18.30  h.

El pago de 15 € de colaboración en los gastos se formalizará in situ
Enviar este boletín de inscripción a redpsicoaymed@gmail.com




martes, 7 de octubre de 2014

EL CUERPO Y SUS GOCES

MESA INAUGURAL DE LAS ACTIVIDADES DEL DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS DEL NUCEP-MADRID.“EL CUERPO Y SUS GOCES”.


“EL DOLOR, MISTERIO DEL CUERPO HABLANTE”.
 Sábado 18 de Octubre a las 10,30. Entrada libre y gratuita.


“Cuando se analiza el inconsciente, el sentido de la interpretación es la verdad. Cuando se analiza el parlêtre, el cuerpo hablante, el sentido de la interpretación es el goce. Este desplazamiento de la verdad al goce da la medida de aquello en lo que se convierte la práctica analítica en la era del parlêtre. Por eso propongo, para el próximo congreso, que nos reunamos bajo este estandarte: "El inconsciente y el cuerpo hablante". Es un misterio, decía Lacan. Nosotros trataremos de penetrarlo y esclarecerlo”.




Mesa primera:



Andrés Borderías: "Paradojas del dolor".


Santiago Castellanos: "El dolor y los embrollos del cuerpo. Un caso diagnosticado de fibromialgia".


Mesa segunda:


Joaquin Caretti: "Enigmas de la inhibición".


Araceli Fuentes: "Palabras que hieren".

miércoles, 1 de octubre de 2014

HACIA LAS III JORNADAS DE LA RED DE PSICOANALISIS Y MEDICINA



"MEDICALIZACIÓN DE LA VIDA COTIDIANA."

VIERNES, 5 DE DICIEMBRE 2014, EN EL CIRCULO DE BELLAS ARTES DE MADRID
Conferencia de clausura con Eric Laurent.

martes, 30 de septiembre de 2014

HACIA LAS III JORNADAS DE LA RED DE PSICOANALISIS Y MEDICINA EL 5.12.2014 EN MADRID

RECOMENDAMOS LA LECTURA DE ESTE ENLACE:

"Colgados de ansiolíticos"

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/09/26/actualidad/1411732159_601236.html


jueves, 4 de septiembre de 2014

Presentación del libro "La pérdida del humano"

Reseña elaborada por Ana Aranguren, socia de la sede y miembro de la comisión BOL San Sebastián.
El 13 de Junio se presentó en Donostia-San Sebastián el libro “La pérdida del humano” -El modo en que se trata el sufrimiento, la enfermedad y la diferencia-de Lierni Irizar- socia de la Sede de San Sebastián- publicado en Ediciones Beta.
Esta actividad organizada por la Biblioteca de Orientación Lacaniana-Sede San Sebastián de la ELP- contó con la colaboración de Donostia Kultura y se realizó en la Biblioteca Municipal de la ciudad.
La presentación del evento corrió a cargo de Isabel Montes-Directora de la BOL de la Sede de San Sebastián- quién mostró su placer al presentar este libro, el cual es una reflexión sobre la visión que nuestra época tiene del ser humano y su felicidad en un momento en el que prima tanto el reduccionismo como el cientificismo dogmatico constituido como una nueva creencia. Frente a esta tendencia la autora tomó como eje, para buscar alternativas diferentes, las fuentes tanto literarias como filosóficas, antropológicas o psicoanalíticas, que retoman una idea del humano como ser del lenguaje y respetan el valor de la subjetividad.
Resaltó el análisis de las referencias literarias que la autora hace en el libro, por lo bien que muestran como cada sujeto, en la situación novelada, confrontado a la enfermedad o al sistema, se posiciona, subjetiva la situación y elige de una forma particular.
Dio las gracias a la autora por lo que el libro puede ayudar a reflexionar de manera multidisciplinar sobre esa “extraña realidad que es el ser humano”. Tras esta presentación Isabel Montes pasó la palabra a los participantes en la mesa.                                                                                       
Comenzó su intervención Maribel Aranjuelo, psicoanalista y socia de la Sede de San Sebastián de la ELP, expresando su satisfacción por participar en esta presentación, fundamentalmente porque es un libro que contribuye a la extensión del psicoanálisis de orientación lacaniana. Destacó varias cuestiones analíticas basadas en Freud, Lacan y Miller, que la autora trata en su libro.                                                                              
En primer lugar hizo referencia a la “necesidad de amor del humano”. Somos seres de lenguaje. Somos hablados y nacemos como humanos por el lenguaje que está ahí antes que cada uno de nosotros y fuera de nosotros.                                                    
Citó también a Freud quién nos indica que “hay una tendencia agresiva innata en el ser humano”. La dialéctica entre Eros y Thánatos designa el hecho de que la condición humana está atravesada por la paradoja de que en ella reinan los deseos que promueven la vida, pero también la destrucción, y que por tanto gran parte del sufrimiento y del malestar es inevitable, estructural, y el designio de ser felices es más una utopía que una realidad.                                                                                 
Más adelante se refirió a las “dificultades para ser felices”. Freud nos avisó de la dificultad humana para la felicidad, de lo paradójica que es la satisfacción humana. Estamos en una época que se rige por un imperativo de goce continuo y que lo convierte todo y a todos en objeto de consumo y adicción (aparatos, sexo…), sin embargo, vivir humanamente supone poder hacer algo con el límite y la falta, buscar un camino propio, único y responsable en el que poder realizar la mejor jugada posible con las cartas que nos tocaron durante la partida.
Así mismo señaló que ante todo esto el psicoanálisis nos propone una “felicidad rara”, incómoda en estos tiempos. Por un lado nos recuerda la singularidad de cada sujeto y por otro, el hecho de que “no todo es posible para el humano” y que el dolor de existir estructural está ahí. Un proceso analítico, mucho más que una simple terapéutica, ofrece la travesía de una experiencia ética consistente en la reconciliación entre el sujeto y esa inconveniencia incurable con la que deberemos aprender a convivir.
Como último punto recogió el hecho de que el modo de entender lo humano tiene consecuencias fundamentales en aquellos campos en los que se trabaja con seres humanos y su sufrimiento. La autora, en su libro, explora principalmente la enfermedad, en la que la pérdida ocupa un lugar central y analiza las dificultades de la biomedicina actual para asumir que además de los procesos orgánicos, hay un sentido simbólico de los síntomas que es siempre particular, y que por lo tanto, es fundamental la escucha de lo que para cada sujeto implica la enfermedad.
Maribel Aranjuelo terminó haciendo suyas las palabras de la autora y concluyendo con una apuesta, la de que cada uno de nosotros nos ocupemos de nuestras pérdidas y dificultades para ser felices.
Después tomó la palabra Pablo García, Trabajador Social, quién comenzó diciendo que según las tesis que la autora recoge en el libro, las personas somos seres que, a partir de nuestra condición biológica, habitamos en el lenguaje y somos habitados por él. El hecho de ser alumbrados por la palabra y nacer a ella constituye el inicio de una búsqueda de sentido para nuestra vida a través de territorios regidos por la complejidad y la contingencia. Cada época histórica nos propone atajos para eludir el reto. La nuestra nos invita de manera imperativa a un pseudo-goce alcanzable a través del consumo de productos. La alianza entre el capitalismo y la tecnociencia nos lanza señuelos que nos mantienen atados a una espiral de insatisfacción que se retroalimenta y que nos aleja cada vez más de la posibilidad de vivir humanamente. La autora afirma que el camino para reconquistar la opción de una existencia digna pasa necesariamente por escuchar al ser humano en su subjetividad, y ayudarle a encontrar “un camino propio, único y responsable”. Una dimensión del sujeto de la que se ocupa el psicoanálisis-
Subrayó que la actitud atenta hacia lo singular que hay en cada uno de nosotros es especialmente importante en los contextos de asistencia, acompañamiento y cuidado. La autora se detiene especialmente en la relación médico-paciente y aboga porque ésta sea no jerárquica y dé un lugar central a la dimensión narrativa de la enfermedad y al sentido simbólico que da a los síntomas quien los experimenta.                                                              
En el libro también hace referencia a lo social, a la labor socializadora de la sociedad, tanto con personas integradas como excluidas. Sobre estas últimas, los servicios sociales y educativos ejercen una presión dirigida a que se ajusten al estándar de vida considerado normal, y ante esto hay intervenciones que conducen al fracaso y reducen más las limitadas posibilidades de estas personas para acceder a una vida humanamente mejor.
Concluyó señalando que al igual que la sanidad, lo social está siendo ocupado por el tecnicismo y la lógica económica y empresarial. Por lo que, y en sintonía con la autora, lo social en estos momentos, tiene como reto colocar el protocolo y la cifra en el lugar que le corresponde, defendiendo un espacio y un tiempo para acceder y atender lo singular y subjetivo que hay en cada uno. Lo que nos constituye como humanos seguirá siendo algo personal, dinámico e irreductible que seguirá apelando a otro, también necesariamente humano, que lo escuche con incondicionalidad y respeto.
El último en comentar el libro fue Kepa Torrealdai, Médico de atención primaria, quién al abordar la relación clínica médico-paciente, habló de la necesidad de hacer una labor de adecuación del saber científico y universitario a la singularidad del paciente ya que en aras del bien y de lo bueno, a veces se llega a lo peor, cuando no se atiende al sujeto y no se lo respeta en su singularidad. Recalcó que hay que atender el cuerpo, la maquina, pero sin olvidar el trabajo con la palabra, saber usarla, y saber de sus efectos. La posición del médico de colocarse en falta, falta en saber, es la que abre un marco para escuchar el saber del paciente, posición ésta más honesta, pero quizás también más incómoda.
Finalizó su intervención preguntándose si el discurso del psicoanálisis podría casar con el discurso universitario-científico en la formación de los futuros médicos.
Por último intervino la autora del libro, Lierni Irizar, que ante un comentario realizado por Isabel Montes en relación al título, comenzó comentando el por qué del mismo: “La pérdida del humano” y no “de lo humano”. Es la pérdida del humano porque el título hace referencia al hecho de que humanizarse implica perder algo. El lenguaje introduce un vacío que es vivido como pérdida. Esta pérdida es muy difícil de soportar y por eso, para eliminarla, el humano trata hoy de superar todo límite con el riesgo que esto entraña de perdernos como humanos.
Comentó que el motor y el impulso para escribir el libro era su experiencia en el ámbito social y el de la enfermedad, tanto desde lo institucional como desde la sociedad civil y también desde la clínica, que le había llevado a constatar la existencia de una pretensión de normalización y en consecuencia, una exigencia de integración social. Valoró como fundamental su encuentro con el psicoanálisis ya que desde dicho saber se cuestiona la idea de normalidad, no hay nadie normal. Es necesario entender bien el caso por caso teniendo en cuenta los imposibles.
Señaló la responsabilidad que tienen quienes trabajan con personas para reflexionar sobre lo que es un ser humano y los ideales que guían su trabajo. Esta preocupación es la que le ha llevado a plantear en la primera parte del libro un análisis sobre la visión reduccionista del humano para defender la visión del psicoanálisis, el humano como ser hablante, sexuado y mortal. Realizando también un breve análisis del contexto de la época y de las consecuencias que esta situación tiene en el modo en que abordamos la enfermedad, el sufrimiento y la diferencia.
Tras las intervenciones se abrió un espacio para preguntas e intercambios de comentarios con el público asistente, donde se continúo hablando de todas estas cuestiones con mucho interés. Se retomó la idea sobre la posición de saber de los profesionales para señalar la importancia que tiene reconocer que de entrada desconocemos cuál es el bien del otro. También se habló del tema tan preocupante de la cuantificación y protocolización actual, señalando que es entendible a cierto nivel organizativo, pero que se convierte en problema cuando anula el acto del profesional.
En torno a la enfermedad se planteó la importancia de reconocer la complejidad de la misma y el modo en que lo subjetivo y el goce aparecen, resaltando lo revelador que resulta el efecto placebo.
La interesante presentación del libro promovió en el público asistente gran interés y el deseo de leerlo. Sería deseable que además se pueda conseguir uno de los objetivos de la autora, poder abrir una conversación entre diferentes saberes.

jueves, 26 de junio de 2014

III JORNADAS DE LA RED PSICOANALISIS Y MEDICINA



Presentación de la 3ªJornada de la Red  Psicoanálisis y Medicina
Medicalización de la vida cotidiana
Viernes 5 de diciembre de 2014 a las 15 horas. Círculo de Bellas Artes, Madrid
Es un hecho que las personas suelen confiar en sus médicos, no sólo para curar y aliviar las enfermedades, también confían en ellos para cualquier malestar de la vida.
Les piden recetas y pruebas, pero también les hablan del trabajo, de sus jefes, de sus hijos, de sus nietos, de divorcios, muertes y entierros. Les hablan de sus dificultades más íntimas, de sus esperanzas...Les hablan de amor y de sexo. Pero sobre todo les hablan cuando padecen de tristeza infinita o si sufren por angustia de vivir. Son demandas que confrontan al clínico a un sufrimiento no siempre fácil de escuchar.
¿Por qué la gente le habla al médico de sus problemas? No se trata de una pregunta retórica, la respuesta que dé cada clínico condiciona su manera de ejercer la práctica.
¿El malestar personal responde a una disfunción orgánica y el deber del médico es restablecer un funcionamiento correcto? ¿Las inquietudes reveladas al médico son índice de un error de percepción y el médico señalará la buena manera de discernirlas? ¿Al médico se le supone un saber sobre la vida que no tienen otros profesionales?
¿Y cómo responder entonces? Si el médico considera que es legítimo que se le dirija la manifestación de estas penalidades ¿de qué dispone para atender estas demandas?
El fármaco es una respuesta muy actual y en parte aceptada por los que consultan. 
¿Por qué se responde con un fármaco? Podemos señalar la influencia de la industria farmaceútica, la actitud del médico y el hecho de que los pacientes cuando demandan fármacos piden una cancelación rápida del malestar.
Es una respuesta que se ofrece sin reflexión, la “evidencia científica” es el único y breve argumento y además es una respuesta que elide la reflexión, impide la apertura del espacio de palabra entre el clínico y su paciente.
Es una respuesta que supone que para los problemas de la vida un fármaco puede ser útil. Cuando en realidad hoy en dia la medicación ha tomado la modalidad de ser un partenire de por vida en tanto la medicina restringe su campo terapéutico al nivel de las conductas .
Estas y otras cuestiones serán interrogadas en la III Jornada de la Red Psicoanálisis y Medicina Comisión organizadora: Santiago Castellanos (responsable), Elvira Guilaña y Araceli Teixidó



martes, 17 de junio de 2014

Comentario sobre el vocablo "paciente"

Por Cristina Domingo (Barcelona).

En el texto escrito por  dos profesores de Historia de la Medicina*, como Presentación de la reedición en el año 2003 del libro de Lain Entralgo “El médico y el enfermo” publicado en 1969, se plantea que la concepción clásica del enfermo es de desvalido e incapacitado para decidir sobre su enfermedad. En 1973 la Asociación Americana de Hospitales, aprueba la primera Carta del Paciente la cual supone el reconocimiento oficial al derecho del enfermo a recibir una completa información sobre su situación clínica y a decidir entre las opciones posibles como adulto autónomo y libre que es.
Un poquito más adelante, en la misma página 14, se afirma que el enfermo deja de ser paciente (es decir, pasivo) para convertirse en agente, y como contrapunto a esa pasividad consideran activo al enfermo actual que lucha por el derecho a la salud y ponen como muestra el consentimiento informado.

Mi comentario se refiere a que la cuestión de la posición del enfermo se sesga desde el principio de la argumentación. Pues el vocablo paciente viene de pathos, del lat. patĭens,-entis, part. act. de pati, padecer, sufrir**, quiere decir sufriente, que padece (no quiere decir pasivo, aunque es una de las acepciones del término).
El que sufre es activo, ya al manifestar su padecer y cuando se dirige a un profesional sanitario para consultarle y también cuando se pregunta a si mismo sobre su sufrimiento, ocupando así la posición de agente de su salud.  

Al firmar un consentimiento informado para aceptar un tratamiento farmacológico o quirúrgico,  se da importancia a un trámite (que salvaguarda judicialmente al sanitario). Con ese trámite la atención del sufriente se desvía de su sufrimiento y en consecuencia se le desconcentra de su propio cuidado. 

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*José Lázaro, Profesor de Historia y Teoría de la Medicina. Departamento de Psicología. Facultad de Medicina. Universidad Autónoma de Madrid.
Diego Gracia, Catedrático de Historia de la Medicina. Facultad de Medicina. Universidad Complutense de Madrid.
** Diccionario de la Real Academia Española